#CENSURADAS
Breve genealogía de censuras en el territorio llamado Perú.
Legitimidad, censura y terruqueo.
¿Quiénes tienen el monopolio de la verdad histórica? ¿Qué relatos sobre nuestro pasado-presente son validados? De otro lado, ¿qué historias y vivencias representan una afrenta a los “valores democráticos”?
El pasado 11 de junio, el Congreso aprueba la Ley mordaza General de Museos, un proyecto de ley punitivo que significa una estrategia de censura para los museos. Uno de los motivos de censura de esta ley sería la ejecución de exposiciones que tergiversan la verdad de hechos pasados para modificar “maliciosamente la memoria colectiva”. Contra la moral pública. Los violentos dispositivos de censura cobran muchas formas, se escudan bajo pretextos meramente administrativos u otra veces demostrando su rostro inquisidor: desde exposiciones canceladas por municipios, obras removidas sin previo aviso, proyecciones canceladas a último minuto, hasta actos de vandalismo a altares conmemorativos en espacios públicos o muestras de terruqueo* en señal abierta.
A puertas de la celebración de una supuesta independencia nacional, se vuelve urgente reflexionar sobre cómo estas estrategias de censura e intimidación operan muchas veces bajo las matrices del racismo y clasismo. Por otro lado, es importante reconocer que la censura como mecanismo de protección y cuidado es necesaria cuando los discursos de odio y la incitación a la violencia se legitiman descaradamente. No apuntamos a una “censura de la censura”. Apostamos por espacios de diálogo críticos de nuestro pasado-presente histórico e histérico, elegimos la reflexión y la rebeldía como lugares de enunciación desde donde activar nuestra memoria colectiva.
Desde La Revoltosa proponemos una breve genealogía de algunos de los eventos, manifestaciones, acciones desde las artes que sufrieron censura y violencia en el Perú de los últimos años.
*Dícese del acto de tildar de “terrucx” (peruanismo de terrorista) a alguien con el fin de deslegitimar su palabra o acción.
